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LA AGRESIVIDAD


Nunca se entra, por la violencia,
dentro de un corazón.

Molière



La Agresividad supone una falta de control de impulsos en el que la persona no puede modular su conducta ante situaciones que le resultan aversivas.

Habitualmente se habla de la agresividad masculina, que tiene un carácter más conductual; no obstante la agresividad femenina también es un punto a tener en cuenta, a través de la agresión verbal.

El comportamiento agresivo puede y debe ser modificado a través de técnicas de control, reevaluación de las situación, mejora de la autoestima, realización de conductas incompatibles, etc.

En algunos casos la agresividad es una conducta aprendida, y la persona debe aprender la existencia de otras formas de dar salida a su frustración y malestar.




QUÉ ES LA EMOCION DE LA IRA

La ira es el sentimiento que emerge cuando la persona se ve sometida a situaciones que le producen frustración o le resultan aversivas. Es un proceso vigorizador que urge a la acción, interrumpiendo los procesos cognitivos que se hallan en curso, centrando la atención y la expresión de afectos negativos en el agente que la instiga, y actuando como defensa en situaciones que comprometen la integridad física, la autoimagen o la propia estima. 


La ira es un afecto primario que dota de energía y facilita las transacciones del individuo con su medio, pero no necesariamente conlleva resentimiento o agresividad. La hostilidad, en cambio si conlleva animadversión contra el agente provocador, pero no siempre se acompaña de ira ni siempre desemboca en acciones agresivas. Por su parte, la agresividad hace referencia a la propensión a desplegar un tipo de conducta que supone una confrontación real y busca un daño. Por tanto, la ira actuaría como factor afectivo, la hostilidad como cognitivo y la agresividad sería la expresión conductual.

DESENCADENANTES DE LA IRA


SITUACIONES FRUSTRANTES

. Obstrucción del acceso a una meta. Cuando el progreso hacia un objetivo se ve interrumpido, la valoración cognitiva del individuo determinará la emoción emergente. Si con la valoración se considera que no existe posibilidad de restablecer el acceso a la meta, aparecerá la tristeza, si se estima que es posible actuar sobre los factores que bloquean la vía a ella, restableciendo las condiciones previas, aparecerá la ira. 

. Transgresión de normas y derechos: la vulneración de las normas sociales llevada a cabo por otros, la injusticia y la vulneración de nuestros derechos y libertados nos hace sentir ira. En este caso surge al valorar que el comportamiento del otro es intencionado y merecedor de reprobación.

. Extinción de contingencias aprendidas: muchas conductas operantes (aquellas que van seguidas de un refuerzo siempre), cuando se extingue el refuerzo se produce un sentimiento de ira

SITUACIONES AVERSIVAS

Las experiencias desagradables favorecen de forma directa o indirecta la aparición de ira, además con frecuencia hacen más probable la expresión de conductas agresivas y ello aún cuando no interfieran con el acceso a la meta. Las personas sometidas a situaciones de dolor crónico a menudo manifiestan sentimientos de ira y hostilidad. Otras situaciones aversivas no necesariamente inductoras de dolor, como el ruido, hacinamiento, malos olores, calor excesivo... también pueden activar sentimientos de ira en último término instigar conductas violentas.

FACTORES MODULADORES DE LA IRA


Aunque la ira es una emoción universal, no todas las personas reaccionan de la misma manera ante situaciones de conflicto. Determinadas características de la personalidad y del entorno sociocultural en que se desenvuelve el individuo, pueden actuar de moduladores de distintos aspectos de la ira

PATRÓN DE PERSONALIDAD

Tener un carácter extravertido en relación a la ira, resulta favorable, informando un menor nivel de activación fisiológica y conductual que los introvertidos. 

Por otra parte, una alta inestabilidad emocional (neuroticismo) lleva a la persona a experimentar con más frecuencia e intensidad sentimientos de ira, sin embargo en estos sujetos la acusada reactividad emocional no va acompañada de un incremento fisiológico ni conductual

Otros dos factores de personalidad relevantes en relación a la ira son la autoestima y el narcisismo. La autoestima es la percepción del individuo de su propia valía, y la personalidad narcisista destaca por su tendencia a la grandiosidad, autoimportancia y ser extremadamente sensible a la evaluación de los demás. Ambos factores constituyen buenos estimadores de la tendencia a expresar ira. Las personas con alta autoestima y alto narcisismo son más proclives a la cólera, con independencia de que se vean expuestas o no a un instigador de esta emoción. Estas personas puntúan bajo en la escala de control y alto en las escalas de reacción a la provocación, lo que sugiere como modo de protegerse contra la ofensa que representa la amenaza a la autoestima, tienden a encolerizarse fácilmente y debido a sus dificultades de control. manifestar ira de forma más abierta. 

En contraposición,, las personas con elevada autoestima y bajo narcisismo presentan menor predisposición a sentirse airados, quizá porque mantienen una visión mucho más realista de sus cualidades positivas lo que les hace sentirse menos amenazados y frustrados por las valoraciones de los otros.


PROCESAMIENTO COGNITIVO DE LA IRA


EVALUACIÓN AFECTIVA DE LA SITUACIÓN

. Novedad: En su forma prototípica, la ira es una emoción que emerge en respuesta a un estímulo que se le plantea a la persona de forma súbita y sorprendente. Por una parte el sujeto tiene poca o nula experiencia en el estímulo instigador, con lo que hay poca capacidad de anticipar la ocurrencia de este tipo de situaciones, lo que genera indefensión. Al ser circunstancias poco predecibles existe bajo nivel de control.

. Agradabilidad: su carácter frustrante, sorpresivo e incontrolable hace que tenga connotaciones desagradables para la persona

VALORACIÓN DE LA SITUACIÓN

. Significación: el suceso tiene gran trascendencia para el individuo, para quien supone una alteración en su plan de acción y un bloqueo en el acceso a las metas esperadas. La ocurrencia de este tipo de situaciones es sorpresiva, no tanto las consecuencias, con lo que el suceso entra en conflicto con lo proyectos personales y demanda una actuación urgente que permita afrontar de forma eficaz tanto el suceso en si mismo como las consecuencias que de él se pueden derivar.

. Afrontamiento: la urgencia impuesta por el evento instigador de la ira llevará al sujeto a valorar la posibilidad de afrontarlo. En este tipo de valoración, en lo que la ira concierne, identificamos como agente de la situación a otra persona a quien además atribuimos intencionalidad. Ante este tipo de situaciones frustrantes la ira solo emerge si como resultado de la valoración de la situación entendemos que podemos ejercer un grado alto de control sobre las consecuencias del acontecimiento

. Normas: La persona airada considera censurable la acción del agente instigador del acontecimiento que ha dado paso a su estado emocional. No obstante, tanto las actuaciones que ésta emprenda para afrontar la situación como la manifestación explícita de su estado emocional, estarán moduladas por normas sociales.

LA AGRESIVIDAD COMO FALTA DE CONTROL DE IMPULSOS

La agresividad es una conducta aprendida, y no reconducida convenientemente.

Muchas personas dicen que son incapaces de controlar el impulso agresivo, y esto no es totalmente cierto. Como cualquier conducta la agresividad se aprende y se "desaprende".

Ante una situación aversiva muchas personas tienen una salida de activación que se manifiesta en esa conducta agresiva (típico es el puñetazo en la pared para descargar la ira).

Sin embargo a esas personas que consideran que son incapaces de controlar el impulso agresivo, dudan al preguntarles si ante un superior jerárquico ostentan dichas conductas, en la mayoría de los casos no. Así que: somos agresivos cuando no tenemos nada que perder, pero somos capaces de autocontrolar nuestra conducta cuando nos conviene o entendemos que dicha actitud puede tener consecuencias nefastas.

El manejo y control de la ira se maneja mediante terapia psicológica enseñando a las personas a regular la ira, reevaluar las situaciones que les hacen "estallar" y utilizar esos tres primeros minutos de arranque agresivo para reevaluar el daño producido y la conducta agresiva que le sigue.

Y es importante recordar que...en muchas ocasiones la conducta agresiva se aprende en la infancia




POR QUÉ SE PRODUCE LA AGRESIVIDAD

LA IRA

La ira es una emoción y como tal se dispara de forma automática ante situaciones que interfieren en nuestros deseos, generando frustración. La función de la ira es prepararnos para hacer frente al obstáculo con el que nos encontramos para cumplir nuestros objetivos.


La ira, si no se canaliza puede producir agresividad: 


A) Si no somos capaces de conseguir nuestros objetivos por una carencia de habilidades, la conducta violenta se convierte en la vía utilizada para lograr nuestros objetivos, por lo que podremos canalizar la ira hacia conductas más adaptadas aprendiendo habilidades 

B) Cuando se soporta durante mucho tiempo una situación aversiva sin solucionarla, puede ocurrir que “se salte” ante algo supuestamente sin importancia, aunque en realidad la conducta violenta surge ante el desbordamiento emocional que surge por todos los acontecimientos que han ido acumulando el enfado. La reacción, que se supone desmesurada para el hecho que la ha desencadenado es en realidad la respuesta al cúmulo de situaciones desagradables que hemos ido aguantando, por lo que la forma correcta de actuar ante este tipo de situaciones es reaccionar de forma inmediata a los problemas y frustraciones, con lo que conseguiremos medir la respuesta emocional. 

C) En ocasiones se interpreta erróneamente que estamos sufriendo un ataque y reaccionamos ante situaciones de forma desproporcionada o inadecuada, necesitando ejercitar habilidades no solo de control de impulsos sino de reevaluación de las situaciones de forma previa a nuestra reacción

LA AGRESIVIDAD Y OTRAS EMOCIONES 

La agresividad y la ansiedad

La agresividad es una conducta similar a la ansiedad y, como emoción, la puede sustituir y es menos desagradable, aunque puede ser devastadora contra los que nos rodean o contra nosotros mismos. 

La agresividad y la desesperación 

Cuando no somos capaces de resolver un problema, nos desesperamos y, para salir de la desesperación generamos una rabia terrible, que, si no es canalizada puede ser destructiva. 

La agresividad y el poder 

Una de las formas de manejar nuestra ansiedad es por medio del poder y la agresividad genera miedo en los demás y si nos tienen miedo tenemos poder sobre ellos.

TRASTORNOS MENTALES QUE PUEDEN CURSAR CON AGRESIVIDAD

Múltiples trastornos mentales pueden ir acompañados de agresividad o incluir conductas violentas dentro de los criterios que utiliza el DSM IV-TR para definirlos como síntoma:

- Retraso mental
- Trastorno autista
- Déficit de atención con hiperactividad
- Trastorno negativista desafiante
- Demencia
- Cambio de personalidad de tipo agresivo debido a enfermedad médica
- Intoxicación por alcohol, anfetaminas, feniciclidina, inhalantes o sedantes
- Esquizofrenia paranoide
- Trastorno por Estrés Postraumático
- Sadismo sexual
- Trastorno explosivo intermitente
- Trastorno paranoide de la personalidad
- Trastorno antisocial de la personalidad
- Trastorno límite y narcisista de la personalidad

PROGRAMAS PARA EL CONTROL Y MODIFICACIÓN DE LA CONDUCTA AGRESIVA

Los programas de intervención sobre el comportamiento violento abordan las emociones y otros comportamientos intermedios en el ciclo entre la estimulación ambiental y el comportamiento agresivo.
Este tipo de programas son aplicables si el comportamiento agresivo de la persona viene determinado por un problema de regulación de la ira, y la persona reconozca el coste de su comportamiento.

Un programa habitual es el propuesto por Echeburúa, Amor y Fernández-Montalvo para el abordaje de comportamientos violentos.

El programa está dividido en diferentes módulos, cada uno de los cuales el terapeuta tendrá que abordar siguiendo técnicas específicas de modificación de conducta:


1. Aceptación de la propia responsabilidad

2. Empatía y expresión de emociones

3. Creencias erróneas

4. Control de las emociones

4.1. Dominio de la ira
4.2 Manejo de la ansiedad
4.3 Superación de la tristeza
4.4 Control de los celos

5. Desarrollo de habilidades específicas 

5.1 Asertividad y comunicación
5.2 Solución de problemas y toma de decisiones
5.3 Relaciones sexuales

6. Prevención de recaídas

6.1 Mejora de la autoestima
6.2 Control del consumo de alcohol y drogas
6.3 Identificación y afrontamiento de situaciones de riesgo
6.4 Cambio hacia un estilo de vida positivo
6.5 Aprender a conducirse por la vida

VARIABLES MODULADORAS E INHIBIDORAS DE LA CONDUCTA AGRESIVA

ACTIVACIÓN AVERSIVA


La activación emocional negativa es un factor importante en la disposición a responder agresivamente. Junto con las frustraciones existen muchas experiencias que pueden incrementar el nivel de activación aversiva del individuo, como son el hacinamiento, el ruido y el calor. Parece que las condiciones físicas conducen a una activación general, y de las causas percibidas como agradables o aversivas, dependerá la activación que produce una emoción como la ira.

DOLOR

El dolor es una condición prototípica para el desencadenamiento de una conducta violenta 


PRESIÓN E INFLUENCIA SOCIAL 

La agresión es una forma de poder coercitivo, mediante el que pretendemos modificar el comportamiento de otras personas bajo la amenaza de un posible castigo. 


ALCOHOL Y DROGAS 

El consumo de sustancias psicoactivas puede producir una grave desinhibición del comportamiento o alterar la percepción e interpretación de la realidad. Una persona en la que sean probables las conductas violentas se verá privada de los frenos conductuales naturales con el consumo de ciertas sustancias. En ocasiones, el consumo se usa como mecanismo de defensa para negar la intencionalidad del daño a otras personas. 

DISTORSIONES COGNITIVAS 

La interpretación que realice una persona de los acontecimientos va a influir en la emoción que experimente y la conducta que realice. Las distorsiones cognitivas suponen formas deformadas de interpretar la realidad, que generalmente llevan a percibir rechazo en los demás y experimentar emociones negativas. En personas con un repertorio comportamental limitado y en el que predominen las conductas violentas, esta forma de pensar aumenta la probabilidad de una respuesta agresiva. 

EMPATÍA 

Es común entre personas con actitudes agresivas de base que tengan dificultades para comprender las consecuencias emocionales de su conducta sobre sus víctimas. Es uno de los puntos más importantes de cara al tratamiento, ya que la comprensión del sufrimiento ajeno es básico para evitar las conductas agresivas 

PSICOPATÍA 

Existe un fuerte vínculo entre los rasgos psicopáticos y el comportamiento agresivo en delincuentes o agresores adultos, niños antisociales y pacientes psiquiátricos. 

En el caso de los psicópatas, la conducta agresiva es de tipo instrumental.